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"SI"

Publicado: Agosto 4, 2020

Por Jill Siegal Chalsty, Fundadora de Overcoming Obstacles

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Cuando tenía 13 años, mi mama me dio un libro pequeño con uno de sus poemas favoritos. “SI” por Rudyard Kipling. Al final del poema estuvieron las palabras “hombre” y “hijo” – ella los tachó y escribió “mujer” y “hija”. Mi mama me dijo que lea el poema frecuentemente y que intente de vivir de sus palabras. Casi 40 años después, mientras que agonizaba, mi mama me pidió que le de copias del poema “Si” a todos sus nietos. Lo hice.

Compartiendo este poema con ustedes ahora, espero que “SI” te da fuerza e inspiración. Si lo compartes con jóvenes, espero que le ayudara a entender que confianza en sí mismo, sensibilidad a los demás, y la habilidad de nunca rendirse son atributos valiosos que les ayudaran a lograr sus sueños.


Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la pierden y te culpan a ti.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio!

Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.

Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,

a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: "¡Resistid!"

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!